Las alfombras pasionarias, una de las expresiones culturales y religiosas del arte sacro que más destaca en la ciudad de León, en el occidente del país, se verá opacada si el régimen, mantiene la prohibición de la procesión del Cristo Entierro de Sutiaba que se realiza por las calles del pueblo indígena.
La tradición religiosa de las alfombras pasionarias, con más de un siglo de existencia, se ha convertido en un atractivo turístico para los que quieren conocer de la habilidades de las familias sutiabeñas que exponen con aserrín y colores, estampas bíblicas de la vida y muerte de Jesús en la tierra.
La actividad ha sido toda una fiesta religiosa y cultural de cada Semana Santa, pero “la mala nota”, la pone este año el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que ha prohibido las procesiones como parte de la guerra que le hace a la iglesia Católica nicaragüense, porque los religiosos, igual que la comunidad internacional, han denunciado las violaciones de derechos humanos en el país.
A través de un escrito, monseñor Sergio Soler Lorío, cura párroco del templo parroquial San Juan Bautista de Sutiaba comunicó hace días al pueblo Católico que el recorrido oficial del Cristo Entierro de Sutiaba este año, “quedaba suspendido por razones ajenas a la Iglesia”, que es la versión que los obliga el régimen a comunicar a la feligresía. La iglesia ha pedido a los creyentes sí, mantener la fe por las calles donde pasaría este año la procesión.
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Bloquean herencia de cultura y fe
La familia Quintanilla pertenece a la sexta generación de artesanos que diseñan alfombras pasionarias de aserrín en la calle de Sutiaba. Una ofrenda que dedican al Señor por favores recibidos, pero debido a la situación actual, señalan que este año, no elaboraría su cuadro religioso.
“Estas alfombras son dedicadas al Santo Entierro de Sutiaba. Una tradición religiosa de la familia desde 1910, pero como no saldrá procesión, entonces no vamos a hacer nuestra representación en la calle de las alfombras, un área destinada al Señor”, lamentó Mirna Quintanilla.
Destacó que las alfombras pasionarias que elaboran Los Sutiabas, es un arte sacro lleno de cultura, tradición religiosa, colorido y fe, puesto que cada representación está basada en los pasajes bíblicos donde cada familia cristiana manifiesta su dogma en la creación de los temas elaborados bajo el inclemente sol de ese día, dijo.
“La hermandad del Santo Entierro anunció que no habrá procesión. Entonces las familias artesanas de tradición que elaboramos las alfombras en Sutiabas no participaremos, porque consideramos que con la prohibición, se nos está negando un derecho cristiano y de fe, que tenemos el pueblo católico nicaragüense a expresarnos libremente en esta manifestación artística”, apuntó.
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“Es lamentable y doloroso lo que nos está pasando, un precedente jamás visto en la historia de Nicaragua, de América, con ningún gobierno hasta ahora había pasado”, se quejó por su lado, Fabian Fonseca, habitante del barrio indígena de Sutiaba.
Todo un año preparándose
Los sutiabas se preparan todo un año para recaudar los fondos para la compra de materiales que se utilizan en la elaboración de las alfombras pasionarias para conmemorar la vida, pasión y muerte de Jesucristo en al menos 40 temas del viejo y nuevo testamento en dos calles del pueblo indígena.
El Santo Entierro es una de las procesiones más representativas durante la Semana Santa en León, por ser una de las actividades que concentra la participación y unidad de la familia. La calle de las alfombras, surgió en 1852, según estudios de Adolfo Isaac Sánchez Salgado, dedicado a recopilar la cultura sutiabeña, entre ellas las alfombras pasionarias de flores y aserrín.
Relata que las primeras alfombras de los nativos de los Sutiabas, se realizan desde antes de la llegada de los españoles. En aquel entonces, se realizaban de flores, cuando los nativos (indígenas) tiraban las flores al suelo al paso de los ídolos que iban montados sobres tarimas de ramas, encabezados por los sacerdotes y los señores principales.
“Con la conquista, apareció otra forma de elaboración de alfombras en el periodo de los criollos, antes de la independencia. Entonces cuando la ciudad creció desde la zona del Chichunte hacia la ronda que era el espacio vacío donde es hoy Banpro, en ese periodo entraron en alianza con Los Sutiabas, y los criollos que eran los que dominaban el poder político, siendo León todavía capital ellos comenzaron a hacer alfombras de aserrín con el material que acumulaban en sus terrenos cuando construyeron todas esas casas coloniales”, describió el historiador.
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Represores buscan “las apariencias”
Ante la negativa de participación de los artesanos de Sutiaba, el gobierno sandinista busca apoyarse con el Intur, la Juventud Sandinista, y trabajadores de otras instituciones del estado para elaborar sus propias alfombras pasionarias. Una fuente dijo para este reporte, que la alcaldía y el Intur, están ofreciendo la cantidad de 600 córdobas para la elaboración de las alfombras pasionarias en la plaza Juan José Quezada y la calle de la calzada a la alcaldía.
“Los artesanos trabajamos en estos meses. Los materiales se recolectan y nosotros mismos mezclamos los colores para darle tono a los temas, por cierto, todo está caro. Solo la onza de color cuesta 80 córdobas, 140 el saco de aserrín blanco, y otros materiales que se utilizan”, explicó Anielka Hernández, quien apoyaba a los artesanos en la elaboración de las alfombras.