En su homilía del tercer domingo de pascua, Monseñor Silvio Báez hizo una reflexión sobre la presencia de Jesús en nuestras vidas y en la historia de los pueblos. A través del relato de los discípulos de Emaús, Monseñor Báez destacó la importancia de compartir y conversar sobre lo que nos preocupa, de ser honestos con la realidad, aunque sea dolorosa.
El mensaje de Monseñor Báez es relevante para la situación actual de Nicaragua, donde la censura y la represión han silenciado muchas voces.
Daniel Ortega vuelve a la carga contra presos políticos y obispos
Sin embargo, en Nicaragua la situación es preocupante. La represión del gobierno de Daniel Ortega ha llevado a la detención y encarcelamiento de decenas de opositores, periodistas y obispos. Las redes sociales y los medios de comunicación independientes han sido censurados y bloqueados. En este contexto, hablar de los problemas sociales y políticos es cada vez más difícil.
Pero como señala Monseñor Báez, conversar y compartir es bueno y sano. Es importante ser honestos con la realidad, aunque sea dolorosa.
“Hay razones para seguir luchando”
“Mientras recorremos los senderos de este mundo nunca vamos solos. La humanidad va caminando en la historia, a veces con mucha incertidumbre y fatiga, pero nunca en completa soledad”, dijo Báez.
En Nicaragua, la lucha por la democracia y los derechos humanos continúa, aunque la situación sea difícil. Es necesario seguir hablando, seguir compartiendo, seguir luchando, transmitió el religioso.
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“La presencia del Señor Resucitado en nuestra propia vida personal y en la historia de los pueblos, nos ofrece razones para esperar y nos da nuevas fuerzas para seguir viviendo y luchando”, señaló.
La homilía de Monseñor Báez recuerda la importancia de la honestidad, el respeto y la esperanza en estos momentos difíciles. La presencia de Jesús en nuestras vidas nos ofrece razones para esperar y nos da la fuerza para seguir luchando por un futuro mejor.