A las cinco de la mañana, Ashley Flores ya está lista para asistir a su trabajo, pero antes, deja listo algunos menesteres de su emprendimiento, una tienda virtual llamada Cami’ Colections, que comercializa zapatos.
Ashley estudia Contabilidad en la Universidad Centroamericana (UCA) y a la vez trabaja haciendo prácticas profesionales.
“Entré en un año difícil, el 2018, prácticamente no he tenido ni un año de clases decente, porqué iniciando nuestro ciclo universitario, se nos vino el problema sociopolítico que hubo en el país, y tratando de salir adelante y la tienda se vino desarrollando después de la pandemia, tratando de sobrevivir a todo esto, la verdad”, refiere Flores.
Flores comenta que las ventas de la semana las planifica desde el jueves de la semana previa y que su trabajo en la tienda es estar pendiente de la información y coordinar las entregas para la próxima semana.
“Entonces lo más cansado para mí son esos días, porqué lo tengo que dedicar al estudio, lo tengo que dedicar a la tienda, y pues gracias a Dios, no trabajo sábado y domingo, ahí por ese lado me la he podido jugar, por así decirlo, porqué no es toda semana la que paso pendiente en la tienda”, expone Flores.
Flores señala que las primeras entregas fueron “frustrantes” puesto que muchas personas que encargaban artículos, luego se retractaban.
“Eran gastos, yo pagaba el muchacho del delivery y todo eso corrió por mi cuenta. Entonces las primeras entregas fueron frustrantes, pues sin experiencia y sin el carácter que ahora tengo”, expresa.
Aunque actualmente el negocio va bien, Flores no lo ve como un proyecto de vida.
“No lo miro como que sea algo principal en mi vida pero si quiero que ahí esté, quiero que crezca”, señala.
A criterio del economista Marco Aurelio Peña, la mayoría de negocios que surgieron a raíz de la pandemia de la Covid-19, tenían como objetivo garantizar la sobrevivencia a raíz de la pérdida de empleos.
“El país no está bien y no tiene más alternativa que poner su negocio para sobrevivir. No es lo mismo emprender para generar más ingresos a emprender para sobrevivir”, dice Peña.
Por esta razón, buena parte de esos negocios cerraron luego que las oportunidades laborales se recuperaron.
“Es una alternativa que hay que decidir. No se puede depender solo del trabajo asalariado, porque las condiciones no son propicias. Se debe procurar aplicar muchos conocimientos para que el emprendimiento sea exitoso”, detalla Peña.
Un sociólogo consultado para este reportaje coincide con Peña, asegurando que en Nicaragua, si bien existen formas creativas de emprender, esto se vio impulsado por la necesidad de sobrevivir
“Hay dos realidades para los emprendimientos: Una porque te has orillado a una situación crítica con un capital mínimo y otra porque tenés la decisión más pensada, con más recursos. En ambos casos, el proceso de recuperación de la inversión es difícil”, menciona el sociólogo.
“A como estamos actualmente, en cuanto a realidad económica sociopolítica, los emprendimientos y todo el aspecto de economía creativa es para sobrevivir, sin saber qué va a pasar el día de mañana”, añade.
La tecnología mermó el impacto de la pandemia
A criterio de la especialista en redes sociales, María de Cristo Cano, la pandemia de la Covid-19 pudo haber afectado más si no se hubiera contado con el desarrollo tecnológico.
Empresas de delivery y nuevos emprendimientos encontraron en las redes sociales y plataformas digitales, nuevas formas de comercializar sus productos.
“Explotar las redes sociales es muy importante, porque esto permite un alcance y que las personas te conozcan. El objetivo es que a través de las redes sociales convirtamos a un usuario en un cliente”, explica Cano.
Según datos del Instituto Nicaraguense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), el país centroamericano cuenta con 6 millones 652 mil 140 líneas telefónicas en 2022. Sin embargo, se registró una caída entre 2018 y 2019, pasando de 7 millones 415 mil a 5 millones 741 mil.
En 2017, Nicaragua llegó a un récord de 8 millones de líneas telefónicas
El país ha logrado una cobertura de los servicios móviles, con el 100% de los municipios con algún tipo de tecnología, el 85%de la población con cobertura de Internet móvil y el 45% de los municipios con LTE.
Hasta 2022, Nicaragua cuenta con 4 millones 616 mil 849 líneas de internet.
Elaborado en colaboración con Periodismo Unido, una alianza entre Primer Orden, Obrera de la Tecla, El Punto D y Noticias de Bluefields.