Las organizaciones feministas no logran explicarse cómo un sujeto condenado por intento de asesinato, sea el femicida de Jenelieth Noryeli Peña López, la joven de 19 años. El hombre identificado como Héctor Orelvin Manzanares, no solo estaba libre, sino que pese al antecedente, fue habilitado por la Policía como guarda de seguridad para trabajar en un hotel de Managua.
Orelvin Manzanares había sido condenado en el año 2009 por intento de asesinato en el departamento de Matagalpa y meses más tarde, fue excarcelado bajo la medida cautelar de firma periódica en los juzgados.
Recientemente la Fiscalía acusó en los Juzgados de Managua a Orelvin Manzanares de 38 años de edad, quien trabajaba como guarda de seguridad en el Hotel Ticomo como el principal sospechoso del asesinato de Peña López, quien el 12 de abril, apareció muerta en un cauce del barrio Villa Nueva, en el Distrito Tres de Managua.
“Esto es grave. No sólo era alguien que el sistema de justicia nunca debió dejar libre, sino que la Policía, lo deja trabajar en un oficio en el que se entiende que puede hacer solo quienes no tengan antecedentes penales. Las mujeres estamos en total desprotección por instituciones del Estado que no hacen bien su trabajo”, criticó una activista.
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Excarcelaciones que terminan en femicidios
Defensoras de derechos humanos que trabajan para erradicar la violencia contra las mujeres, han denunciado en ocasiones anteriores que el régimen de Daniel Ortega, está excarcelando a hombres condenados por agresiones contra las mujeres, que despues solo llegan a matar a quienes los deunciaron.
“Lo que llaman perdón presidencial, es una figura que ha servido para que estos agresores lleguen a terminar lo que dejaron pendiente, asesinan a las mujeres porque creen que si no viven con ellas, no vivirán. Casos hay muchos y los hemos documentados”, dijo la activista.
“No es la primera vez –agregó– que una persona que ha sido condenada por agresión contra las mujeres que sale bajo régimen de convivencia familiar u otra medida alterna a la cárcel, asesina a mujeres. Ya nosotras hemos denunciado esto en ocasiones anteriores”, insistió por su lado una abogada feminista.
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¿Autorizado para portar armas?
A pesar de que la Policía tiene tras las rejas a Héctor Orelvin Manzanares, la institución no ha esclarecido el crimen. La joven Jenelieth Peña, quien era originaria del municipio de Camoapa, en el departamento de Boaco, fue reportada como desaparecida la noche del 10 de abril, cuando salió a una supuesta entrevista de trabajo.
Se desconoce si Orelvin Manzanares actuó solo al momento de cometer el crimen, puesto que el cuerpo de la joven presentaba signos de violencia, no portaba su blusa y además, no tenía sus pertenencias, entre ellas su teléfono móvil.
“Habría que ver cómo hizo este hombre para sacar una autorización policial para portar armas y que su récord haya salido limpio. ¿La pregunta que yo me hago es quién tuvo la falla, si la Policía o los propietarios del hotel por contratar a una persona sin pedir la documentación en regla?”, se preguntó la abogada que pidió hablar bajo identidad reservada por temor a la represión del régimen.
Hasta el momento se desconocen las circunstancias en las que Héctor Orelvin Manzanares acabó con la vida de una jovencita que solo buscaba un trabajo para mejorar la calidad de vida de su familia.