La dictadura Sandinista, por medio de las municipalidades, está enviando a los templos católicos y evangélicas cobros exorbitantes del Impuesto Sobre Bienes Inmuebles (IBI). Esto en contradicción al Decreto Ejecutivo N°. 3-95, aprobado el 31 de enero de 1995 y su reglamento que exoneran a las iglesias de estos pagos
Para la experta e investigadora Martha Patricia Molina, autora del informe: “Nicaragua: Una iglesia perseguida”. Lo que pretende la dictadura es evitar que los templos continúen su trabajo de evangelización y de ayuda a los más necesitados por lo que los está asfixiando económicamente.
«Recordemos que en un primer momento inmovilizando las cuentas bancarias de las Diócesis, Parroquias, Colegios Parroquiales y cuentas personales de sacerdotes y ahora con este cobro arbitrario. Las parroquias no tendrán capacidad financiera para cumplir estas deudas ilegales y entonces procederá el embargo de sus propiedades. Las autoridades municipales dicen que ellos son la ley y que tienen que pagar, no les dan alternativa alguna», explica Molina.
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Uno de los cobros ascienden hasta los 200 mil córdobas en concepto de IBI. Por lo que los religiosos se sienten asombrados ante dicha situación ya que nunca han pagado una alta suma de dinero.
«Es la primera vez que les hacen esto y se encuentran asustados. El fin de todo esto es de dónde van a agarrar miles y miles de córdobas las parroquias. Más con la asfixia financiera que tienen y el trasfondo es buscar cómo confiscar las propiedades”, agrega la investigadora.
Martha Molina además asegura que dicho cobro es ilegal. Ya que el decreto no ha sido derogado y se mantiene vigente dentro del digesto jurídico nicaragüense, divulgado por la Asamblea Nacional, al servicio de la dictadura, en su sitio web.
Por su parte el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, manifestó este miercoles sobre que las notificiaciones han llegado pero que parte de ellas les han dado solución.
“A quienes les ha llegado (el cobro IBI) han hecho los trámites correspondientes, porque las parroquias están exceptas de ello”, rspondió el Cardenal.
El régimen de Ortega mantiene congeladas las cuentas bancarias de la Iglesia católica en Nicaragua, así como la de los sacerdotes; provocando que se encuentren a manos atadas para cumplir con los distintos pagos y funcionamiento del templo.