Estados Unidos incluyó a los expresidentes de El Salvador Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, ambos asilados en Nicaragua, en el reporte divulgado hoy por el Departamento de Estado de los actores corruptos y antidemocráticos en Centroamérica el Departamento de Estado en el marco de la “Lista Engel”
Tras la noticia este miércoles, Funes se pronunció en su cuenta de Twitter:
“No me extraña que Estados Unidos me haya incluido en la más reciente actualización de la lista Engel. La Embajada de ese país ha jugado un papel relevante en el montaje del caso Saqueo Público y ha consentido las arbitrariedades del proceso”, dijo.
El exmandatario salvadoreño participó en varios asuntos involucrados en soborno, malversación de fondos y lavado de dinero mientras era presidente, robando cientos de millones de dólares de las arcas del Estado”.
En El Salvador, Mauricio Funes tiene procesos penales abiertos por hechos relacionados con supuesta corrupción durante su gobierno, de los que él se declara inocente.
Además ha recibido condenas en ausencia en el pais, para dos casos distintos, pues en mayo, un tribunal lo condenó a 14 años de prisión por cargos de agrupaciones ilícitas e incumplimiento de deberes y a inicios de julio, fue condenado a seis años de cárcel por evasión de impuestos.
Actualmente Funes vive en Nicaragua luego de que la dictadura de Daniel Ortega le otorgara nacionalidad nicaragüense en julio del 2019.
Ademas ha recibido condenas en ausencia en el pais, para dos casos distintos, pues en mayo, un tribunal lo condenó a 14 años de prisión por cargos de agrupaciones ilícitas e incumplimiento de deberes y a inicios de julio, fue condenado a seis años de cárcel por evasión de impuestos.
Escucha”Nicaragua el único país que no condenó agresión de Rusia a Ucrania en la UE-Celac” en Spreaker.Puede leer: 19 de julio: Estados Unidos aplica sanciones a funcionarios del régimen sandinista
Actualmente Funes vive en Nicaragua luego de que la dictadura de Daniel Ortega le otorgara nacionalidad nicaragüense en julio del 2019.
Por su parte, Sánchez Cerén lavó dinero durante su mandato como vicepresidente, “recibiendo personalmente más de US$ 1,3 millones en fondos públicos a cambio, y participó en un esquema para desviar US$ 183 millones en fondos públicos hacia cuentas personales mientras se desempeñaba como presidente.