Voz de América
Guatemala se alista para la segunda vuelta electoral este domingo 20 de agosto, en un ambiente que los analistas describen como tenso. En la contienda participarán Sandra Torres, del Partido Unidad Nacional de la Esperanza, y Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, este último favorito en las recientes encuestas sobre preferencia de voto.
En la primera vuelta electoral celebrada el 25 de junio, Torres obtuvo 879.865 votos (15,8 %) y, sorpresivamente, Arévalo de León quien no aparecía entre los primeros cinco lugares de preferencia, obtuvo 654.276 (11,79 %). Pero el voto nulo los superó con 965.462 (17,38 %).
Cuando el Tribunal Supremo Electoral oficializó los resultados de la primera vuelta, el 12 de julio, la Fiscalía Especial Contra la Impunidad de Guatemala, FECI, a cargo de Rafael Curruchiche ordenó, con la ayuda de un juez, la cancelación de la personería jurídica de Semilla, el partido actualmente en contienda.
De no ser porque el Tribunal Supremo Electoral y la Corte de Constitucionalidad frenaron la cancelación del partido, Guatemala no tendría fecha para la segunda vuelta.
Para el depuesto jefe de la FECI, Juan Francisco Sandoval, quien se encuentra en el exilio desde hace un año, lo que está en juego en las próximas elecciones es “la lucha anticorrupción y la democracia”, dos temas que han inundado el análisis político de los últimos meses en el país centroamericano.
“Con esta elección se juega que se abran las puertas para que se recupere la democracia, la institucionalidad y que se termine el despilfarro de recursos (…) Es mucho lo que está en juego porque esto va más allá de los próximos cuatro años de gobierno, no es una fecha cualquiera”, dijo a la Voz de América.
Hace un año y medio, Sandoval llegó a Washington, la capital estadounidense, huyendo de Guatemala, que ha reclamado en cuatro oportunidades su captura. Las condiciones en las que salió del país —sin despedirse de su familia y con lo que tenía a la mano— pusieron en alerta a la comunidad internacional sobre lo que aseguran es un “retroceso” en el estado de derecho en Guatemala.
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Para el juez, los dos programas de gobierno, tanto de Torres como de Arévalo son muy distintos. Por un lado, dijo, se halla una oportunidad de recuperar al Estado de una “esfera de corrupción”, y por otro hay una candidatura “que representa el sistema, el pasado y lo que ha destruido la institucionalidad en Guatemala”.
De ambos contendientes, el favorito, según las últimas encuestas, es Arévalo, quien encabeza la intención de voto con un 64,9 % sobre Torres, quien registra un 35,1 % de los votos válidos, en un reciente sondeo publicado el 17 de agosto por el medio local Prensa Libre y Guatevisión.
Los datos fueron recogidos entre el 10 y el 14 de agosto a través de una papeleta simulada a la del padrón electoral que contenía la pregunta: “Si las elecciones fueran hoy, ¿por quién votaría?”.
El líder social y analista político Goyo Saavedra, quien vive de cerca el ambiente en Guatemala anyes de las elecciones, dijo a la VOA que, aunque el proceso electoral “ha sido bastante accidentado y judicializado en exceso”, la segunda vuelta será un espacio en donde se juega, por un lado, la participación y la vocación ciudadana y por otro la democracia, la contundencia y la credibilidad de las autoridades para llevar a cabo un proceso limpio.
“Esta ha sido una campaña bastante golpeada que ha llevado a que la candidata Sandra Torres se haya mostrado mucho más dura, utilizando las mismas palabras de la campaña negra en contra de su contendiente. Por otro lado, la personalidad del candidato Bernardo Arévalo es mucho más pasiva, mucho más esquiva alrededor de ese tema, tratando de proyectar sus puntos de agenda de gobierno”, dijo.
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¿Qué ofrecen los candidatos?
Torres fue primera dama de Guatemala entre 2008 y 2011, luego de su matrimonio con el expresidente Álvaro Colom.
El eje de propuestas de su campaña se basa en la seguridad, la economía y la protección social. Torres propone sacar al Ejército a las calles y aumentar el número de efectivos policiales de 43.000 a 70.000. También construir cuatro cárceles de máxima seguridad e instalar un sistema de videovigilancia con inteligencia artificial para reducir la criminalidad en las calles.
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En torno a la economía, la candidata busca eliminar el impuesto IVA a los productos de la canasta básica. Asimismo, reducir el costo de la energía eléctrica y darle un fondo de ayuda a 150.000 madres solteras de Guatemala.
Mientras que Arévalo, hijo del expresidente de Guatemala Juan José Arévalo, persigue tres objetivos: el primero y el más urgente es el “rescate del Estado ante la corrupción”. Luego, resolver el déficit de desarrollo que hay en torno a la educación, la salud, entre otros. Y por último renovar la economía de Guatemala con inversión pública y privada.
Arévalo, además, busca que los jueces y fiscales en el exilio regresen al país centroamericano.