Los costos se suplen, según la dinámica de cada familia. Una purísima con altar y brindis modesto, puede ser asumida por una sola persona, pero aquellos hogares que cada 7 de diciembre se esfuerzan por celebrar “purísimas” que atienden a más personas, esas son asumidas con el aporte de diferentes miembros de la familia e incluso, hasta un aporte especial que llega gracias a las remesas.
Doña Mercedes tiene 65 años y cumplirá 30 de participar en la Gritería Mayor en el barrio La Florida, municipio de Chinandega. Sus dos hijos, inmigrantes desde hace tres años en Estados Unidos, asumirán este año los costos de esta tradición.
“Mis muchachos me mandaron 150 dólares entre los dos. Allí debo preparar el altar y comprar ´la gorra´. Ahí voy a traer lo que alcance porque ya estuve cotizando y todo ha subido”, declara esta docente retirada quien además del aporte que llega del extranjero, también usará parte de su aguinaldo de jubilada para cubrir los costos.
En la mayoría de los hogares, el altar es elaborado por la misma familia, cortinas celestes contra la pared, cortinas blancas para cubrir la mesa, instalación de luces navideñas para realzar y flores naturales del patio propio o del vecino. Esta es la alternativa más económica.
La otra opción tiene un precio mayor, hombres y mujeres que se dedican a decorar fiestas privadas también contratados para erigir altares. Estos arreglos pueden costar desde los 3 mil córdobas aquellos más básicos, hasta 7 mil, aquellos que incluyen flores naturales o artificiales, estatuas de imágenes, lemas calados en poroplast, jarrones de diferentes tamaños o banners. Incluir cada elemento, aumenta el costo.
Los decoradores de altares
Un decorador de altares que se identificó como Alberto, trabaja desde hace varios años en servicios de arreglos. Este año fue contactado por cinco familias, pero sólo “amarró” con tres de ellas.
“Les parece que es caro pero todo el cortinaje es alquilado, no podemos llevar cortinas raídas o sucias, el mantenimiento de estos implementos es costoso. Sé que la situación económica no es la mejor. Otro años yo he arreglado hasta 10 altares para el 7 de diciembre. Ahora la gente prefiere hacer sus propios altares para no pagar”, comentó Alberto, quien este año trabajó solo brindando este servicio porque su ayudante, migró a finales de noviembre debido a la crisis económica que aqueja al país.
El mayor gasto no se concentra en el altar, sino en “gorra” o “brindis”, son las cortesías que reciben adultos y niños cuando cantan frente los altares,
Entre los productos que registran más alzas están los dulces. Una bolsa de cuatros kilos, se cotiza hasta en 700 córdobas y representa una alternativa para atender a la mayor cantidad de personas en “una purísima”.
En el departamento de Chinandega un gofio se consigue en cinco córdobas y 100 de estos se cotizan en 400 córdobas. Pese a ser tradicional este producto, está quedando rezagado durante “las purísimas” por su alto costo.
Leer también: España abre sus puertas a refugiados nicaragüenses
Plásticos también caros
El centro de ventas en Chinandega se concentra en el barrio El Calvario. Al menos un centenar de vendedores originarios de Masaya y León llegan cada año con una variedad de artículos plásticos.
“Los baldes pequeños, con tapa y con la imagen de la Virgen María los estoy dando en 1,100 córdobas por docena. Casi no se han vendido. Se han vendido más las panas plásticas pequeñas y los platos”, comenta entre el bullicio de gente Jessenia, una vendedora del lugar.
En el mercado nos encontramos a doña Mercedes. Alcanzó a comprar vasos plásticos, cucharas de melamina, fósforos y bolsas de sal para regalar en su “purísima”. También compró dulces y cajetas para los niños.
“Aún me faltan las veladoras , el incienso y listos”, nos dice la mujer, contenta porque en medio de la humildad rendirá homenaje a María, la madre de Dios, a quien todos días pide proteja a sus hijos inmigrantes que viven y trabajan en Estados Unidos.
