La vocera de la dictadura, Rosario Murillo, negó la persecución religiosa contra la Iglesia Católica en Nicaragua, mientras mantiene a al menos 17 religiosos secuestrados en el sistema Penitenciario Jorge Navarro La Modelo.
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En su alocución de mediodía, Murillo leyó un poema de Edwin Moncada, en el que justifica la persecución.