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Dictadura crea Cámara de Industria y Comercio China

El Ministerio del Interior de Nicaragua dió luz verde a la creación de la Cámara de Industria y Comercio Nicaragua – China (CCNC), sustituyendo a las asociaciones empresariales vinculadas a Taiwán, ilegalizadas la semana pasada.

El acuerdo, publicado este 15 de enero en La Gaceta, otorga personalidad jurídica a la CCNC. El decreto, firmado el 11 de enero por la ministra María Amelia Coronel Kinloch, establece que la cámara, de duración indefinida y sin fines de lucro, será conocida como CCNC y tendrá su sede en Managua.

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“La Cámara de Industria y Comercio Nicaragua – China solicitó a la Dirección General de Control de Organismos sin Fines de Lucro, personalidad jurídica, la cual cumplió con los requisitos establecidos”, señala la publicación en La Gaceta.

En diciembre de 2021, Ortega rompió abruptamente relaciones con Taiwán para restablecerlas con China, marcando una nueva etapa de acuerdos comerciales. A principios de enero, entró en vigencia un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambas naciones, respaldando proyectos millonarios. Funcionarios sandinistas proyectan que las exportaciones a China podrían llegar a 1,000 millones de dólares en seis años, aproximadamente un quinto de las compras estadounidenses a Nicaragua.

El 11 de enero, Laureano Ortega, Asesor Presidencial para la Promoción de Inversiones, subrayó en una entrevista las grandes expectativas en las relaciones con China, buscando convertirlo en el principal socio comercial y fuente clave de inversión para Nicaragua.

La creciente relación comercial entre Nicaragua y China, respaldada por 13 memorandos de entendimiento y un nuevo acuerdo de libre comercio firmado en agosto de 2023, plantea dilemas estratégicos para Estados Unidos.

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A medida que la relación entre Nicaragua y China se fortalece, Estados Unidos debe estar alerta ante posibles casos de mala gestión y corrupción, destacando estos ejemplos para ilustrar cómo la alianza con China puede acarrear más problemas que beneficios. En la planificación de seguridad, se deben considerar escenarios de colaboración de China con Rusia, Irán y otros adversarios, así como las posibles respuestas de Estados Unidos.

La participación china en Nicaragua podría acentuar la caída del país en el autoritarismo, brindando a China más oportunidades para trabajar contra los intereses estadounidenses en tiempos de paz y guerra. Este desafío refuerza la necesidad de que Washington dedique atención y recursos a la región, donde la prosperidad y seguridad estadounidense están intrínsecamente vinculadas a través de lazos comerciales, geográficos y familiares.