España concedió este martes la nacionalidad española a la escritora nicaragüense, Gioconda Belli, última ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, y a otros doce desnacionalizados por la dictadura sandinista.
Según informó la agencia EFE, el Consejo de Ministros aprobó esta medida en la reunión celebrada hoy, informó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en su cuenta de la red social X.
“Los defensores de la democracia y la libertad cuentan con el apoyo de España”, subrayó Albares en su mensaje a los trece disidentes, de los que solo desveló la identidad en el caso de la escritora.
Belli, de 75 años y que vive exiliada en España, fue una de las más de 300 personas a las que las autoridades nicaragüenses retiraron la nacionalidad “por traición a la patria” hace casi un año.
Tras la adopción de la medida por parte del Ejecutivo, el ministro de Exteriores español telefoneó a la escritora para comunicarle la noticia.
España ha ofrecido la nacionalidad a ambos colectivos y de las más de 100 solicitudes recibidas, la mayoría ya están todas concedidas, añadieron las fuentes.
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En Nicaragua, un total de 317 ciudadanos han sido declarados “apátridas” por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en las últimas dos semanas como parte de la virulenta arremetida en contra de los opositores: 222 expresos políticos fueron liberados y deportados a Estados Unidos, y 94 que ya se encontraban en el exilio.
Todos estos ciudadanos fueron acusados y condenados por el Ministerio Público de Nicaragua de “ser traidores a la patria”, y privados de sus derechos ciudadanos de forma perpetua. Además, los últimos 94, fueron declarados como “prófugos de la justicia” y se ordenó el decomiso de los bienes inmuebles y sociedades en las que tuvieran participación.
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Entre los despojados se encuentran escritores internacionalmente reconocidos, como Gioconda Belli y Sergio Ramírez, —ex vicepresidente de Nicaragua durante el primer gobierno sandinista— periodistas, directivos de medios de comunicación, religiosos, defensores de derechos humanos, ex funcionarios públicos y ex compañeros de lucha de Ortega.
Hoy todas las personas que fueron despojados de su nacionalidad se suman, según cálculos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a millones de personas en el mundo.