Las autoridades de León amenazan con anular el esfuerzo de un grupo de ciudadanos entre intelectuales y escritores del municipio que se organizaban desde el año pasado para celebrar cinco siglos de la ciudad, ignoraron que ya habían elegido un comité y paralizaron sus avances.
Los funcionarios no respondieron a las comunicaciones que los ciudadanos les hicieron llegar, lo que fue interpretado como la decisión de ignorarlos y despreciar su esfuerzo para la celebración. “Es posible que la Alcaldía tenga sus propios planes, no sabemos”, dice una fuente local, que agregó que el grupo de ciudadanos ya promovía en redes sociales algunas actividades, pero se desconoce si las mantienen y si el comité tiene alguna vigencia.
Los ciudadanos lamentan que la efemérides quede en el olvido, ya que son 500 años de historia. “En otros países, este tipo de fechas se usan para promover en el sitio el conocimiento histórico y bagaje cultural de la población. Hay en León, vestigios históricos, religiosos y culturales que bien pudieron tener un aprovechamiento turístico para la ciudad, además de promover nuestra riqueza arquitectónica como ciudad, pero todo parece anulado”, dice un historiador local.
Para el especialista, sería grave que la celebración quede “a merced de lineamientos políticos” que a su criterio, “sería peor o igual que el olvido”. “Si no se hace bien esto, arruinaría a una ciudad que es una joya de 500 años, con una arquitectura y una historia única en la región”, se lamentó. “Ignorar esto equivaldría a borrar la historia y sustituirla por cualquier cosa que se inventen”, advirtió.
¿Una celebración aparte?
En León hay ciudadanos que creen que las autoridades del régimen, quieren hacer una celebración con “su toque rojinegro” y separados de los ciudadanos notables de la ciudad, quienes parecen guardar distancia política de ellos desde los hechos sangrientos de 2018.
Las manifestaciones contra el régimen de Daniel Ortega dejaron “charcos de sangre” en esta ciudad, donde igual que en el resto del país, policías y parapolicías, mataron a jóvenes opositores, según los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.
“La celebración de los 500 años es una oportunidad para que los nicaragüenses nos sumerjamos en la historia y la riqueza cultural que dejó la colonización en nuestro país, y eso nos motiva a involucrarnos en este tipo de actividades para educar a las presentes y futuras generaciones”, manifestó Ricardo, un guía turístico de esta ciudad que cree, que una buena celebración es una gran oportunidad para todos en la ciudad. “Ayudaría a mejorar el turismo que hace tiempo no es el mismo”, señala.
Una fuente ligada al grupo de notables de León, declinó hacer comentarios sobre el tema. “La actividades principales están en manos de la Alcaldía, creo que las autoridades podrían explicar mejor la agenda de celebraciones”, expresó. “Nada que decir de nuestra parte”, agregó.
En efecto, al acercarse los cinco siglos de la ciudad, la Alcaldía anunció un programa de actividades para todo el año. Anunció exposiciones, conciertos, festivales, ferias y eventos deportivos que destacarán la música, la danza, la gastronomía y las artes de la región.
Además de las festividades, promueve visitas a explorar los sitios turísticos más relevantes del departamento; como la Basílica Catedral de la Asunción, el volcán Cerro Negro, las playas de Poneloya y Las Peñitas. Algunos ciudadanos notan que para nada mencionan en la agenda, la promoción y visitas al patrimonio histórico colonial y cultural de la ciudad. “Todo queda en fiesta, no vemos nada de la historia cuya herencia es grande en esta ciudad. Podemos estar de acuerdo o no, pero es historia y nadie debe borrarla”, dice el historiador local.
Ruinas cambian de administrador
Hace unos días se conoció que el Instituto Nacional de Cultura, INC, ya no velará por la protección y cuido de las ruinas de León Viejo, el antiguo parque declarado Patrimonio de la Humanidad Histórico y Cultural de la Nación por la Unesco. Ahora será administrado por la comuna de León, lo que es criticado por algunos ciudadanos, debido a que la autoridades edilicias, han demostrado su incapacidad para resolver problemas en la ciudad.
“Queda claro que es un mal administrador”, dice el historiador local. “Si antes sufría abandono, ahora será peor, porque hay otros sitios que deberían estar en mejores condiciones y están en un claro olvido y son lugares de gran valor”, advierte.
En la ciudad Santiago de Los Caballeros, los colonizadores dejaron sus huellas. Su arquitectura urbanística con el mismo trazado de León Viejo como sus calles y templos. En el Pueblo Indígena de Sutiaba, se encuentran las ruinas de Veracruz y sus cuatro ermitas primitivas. El sitio que forma parte de la memoria histórica de León de Nicaragua se borró con los años. Los habitantes denuncian que las ruinas se encuentran en estado de “abandono” ante la falta de mantenimiento y olvido de las autoridades.
“Aquí lo que tenemos son ruinas abandonadas, ocultas entre maleza. Sus alrededores fueron tomados para construir caseríos. Su mantenimiento no está incluido en el programa de restauración por el gobierno local actual, ellos, se lavan las manos con decir que es responsabilidad de la comunidad indígena”, dijo un comunitario de Sutiaba.
Legados históricos entre la maleza
Las ruinas de la Ermita de Veracruz; ubicadas a dos cuadras al oeste de la histórica plaza de Sutiaba, es uno de los más antiguos del poblado. Algunos vestigios que rodean el templo son las cuatro ermitas primitivas; San Andrés, Santiago, San Sebastián (Sutiaba) y la única en pie; la Ermita de San Pedro, están más deterioradas que antes. Las estructuras históricas se pierden entre la maleza ante la falta de mantenimiento.
El sitio que representaba un legado importante en la historia colonial de esta ciudad, sufrió daños en febrero del año 2013 cuando uno de sus pilares se derrumbó tras un fuerte sismo registrado en la región. En ese tiempo, medios locales informaron que el movimiento telúrico provocó que una parte de la entrada principal del monumento histórico colapsara y aunque las autoridades municipales de esa época se hicieron presente para evaluar los daños, no hubo restauración, ello pese a tratarse de uno de los sitios de gran valor en la memoria histórica de los Sutiabas, León y Nicaragua.
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Los lugareños ven con preocupación cómo los pocos vestigios que quedan de las ruinas de San Andrés y Santiago ubicadas en el costado sureste de la pista “Fanor Urroz”, 75 metros al este, se han ido deteriorando por la construcción de caseríos a sus alrededores encerrando lo pocos vestigios de pilares y ladrillos de barro de lo que era el piso de la antigua Ermita.
“Es una pena ver cómo se deterioran las ruinas. Incluso hay quienes han instalado champas cercano al lugar para vivir. Llegué a pensar que ya ni existían”, manifestó María Luisa, habitante de Sutiaba. “Las autoridades están en la obligación de cuidar y proteger porque es un patrimonio de nuestra ciudad. Sus vestigios hablan de nuestra existencia”, le agregó otro poblador.
“Por décadas hemos visto que las ruinas de Sutiaba jamás han sido de interés para este gobierno, ahí, están abandonadas. No me imagino cual sería el destino de las ruinas de León Viejo, ahora en manos de la municipalidad”, agregó por su lado el historiador.
San Sebastián, otra Ermita abandonada
San Sebastián es otra ruina abandonada. Esta edificación colonial se ubica en el pequeño cementerio contiguo al Colegio Calasanz, carretera a Poneloya.
San Sebastián construido de lodo, zacate y madera, fue el primer templo construido en 1610 con la llegada de los primeros habitantes que se trasladaron de la antigua ciudad de León. Parte de sus paredes, entre ellas el altar mayor, fue reedificado en el siglo XVIII con “limosna” del famoso personaje leonés Joaquín de Arrechavala, quien donó la imagen del santo patrono, un Cristo atado a la columna traída desde Quito.
El templo quedo en ruinas durante los bombardeos de la guerra civil de 1979 cuando dejaron caer una bomba que dejo sus paredes de adobes bajo escombros. En el 2015, la iniciativa privada de la Fundación “Ortiz Gurdián Cultura”, fue la última instancia que invirtió en la protección del sitio con el techado e iluminación de lo que queda de la ruina como parte del proyecto de rehabilitación de estos sitios históricos.
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El cementerio antiguo de Guadalupe, es otro ejemplo del abandono de otra joya histórica de la época de la conquista española. Parte del muro de piedra construido en el Siglo XVIII, también se pierde. Los efectos de las lluvias y el torbellino de mayo del 2012, causaron la caída de un frondoso árbol sobre el mausoleo en ruina y el gobierno municipal no ha hecho nada para restaurarlo.
La construcción del lugar inició en 1554, mediante la creación de una cédula que justificaría la construcción del Campo Santo para los entierros de indios, esclavos y pobres, tras su llegada a la nueva ciudad. En 1830 el Poder Ejecutivo de la época autorizó la construcción del cementerio campestre, el que un año más tarde, en 1834, fue inaugurado con el nombre de Guadalupe.
El antiguo cementerio de Guadalupe está cerca de cumplir los 200 años, otra parte del primer frontispicio también colapsó en el 2018 y aunque hubo intento de restaurarlo con algunos escombros recuperados nunca fue posible. Hasta la fecha no se sabe para donde fueron trasladados los escombros.
En estas tumbas del estilo neoclásico se encuentran sepultadas las primeras familias de origen español nicaragüense, próceres, jefe de estado como José Zepeda, y el expresidente de Nicaragua José Madriz Rodríguez. En la actualidad, es un punto de referencia imprescindible por su atractivo turístico y amalgama de población que nació de dos culturas que conectaron las raíces históricas y culturales de esta antigua ciudad habitada por los Nahuas y Nagarando.
Los privilegiados museos de la revolución
Da la impresión de que la historia de esta ciudad empezó en 1979. El régimen ha orientado al gobierno municipal volcarse en los “museos de la Revolución” que están siendo abiertos en todas las municipalidades del país, para contar la historia que sacó al dictador Anastasio Somoza y su familia del poder por un grupo guerrilleros que irónicamente, ahora defienden a otra familia en el poder, los Ortega-Murillo y que ya cumplieron 16 años de gobernar de manera ininterrumpida.
“Esta bien que conserven la memoria de la revolución que algo bueno tuvo hasta 1990, pero no vas a anular la historia de la ciudad, son 500 años de resistencia indigena, de conquista, es historia y cultura. Eso no tiene comparación. La revolución ya ni existe, no hay logros, otra vez no hay democracia, otra familia está en el poder y los cañones volvieron a rugir derramando sangre de hermanos. Es un fracaso”, critica el historiador.
“El arte y turismo religioso está ligado a la historia de cada país, en cambio en Nicaragua se encierra y se deja en el olvido para promover una revolución que ya no sirve, que fue útil, pero sus líderes terminaron arruinando”, opinó por su lado Roberto Escalante, quien por estos días visita su natal León la que dejó hace 12 años por falta de oportunidades que encontró en el exterior.