Este 9 de febrero se cumple el primer año desde que la dictadura de Daniel Ortega desterrara a 222 presos políticos nicaragüenses hacia Estados Unidos.
La noticia, se conoce que tomó por sorpresas a todos los nicaragüenses que abordaron aquel vuelo, quienes primeramente creyeron que los trasladarían a países de gobiernos de izquierda aliados con el régimen de Daniel Ortega como Cuba, Venezuela o Rusia.
Son muchos los testimonios de ex prisioneros políticos que narran sentir alivio tras enterarse que el país que los acogió fue Estados Unidos.
Un hecho sin precedentes
Muchos países a nivel mundial contemplan retirar la nacionalidad a algunas personas, pero las condiciones que deben cumplirse son muy estrictas, y una de ellas es que la persona en cuestión posea otra nacionalidad.
El hecho de desterrar a personas sin evaluar las posibles consecuencias que esto pueda acarrearle, es completamente en contra de los derechos humanos.
Escucha nuestro podcast:
Este destierro generó el descontento de la comunidad internacional principalmente de países como Colombia, Chile, Uruguay, España y Ecuador, quienes condenaron de forma enérgica los abusos de la dictadura de Daniel Ortega.
Por parte de países como España, México, Uruguay, Colombia, Argentina, Chile, Ecuador, Panamá y Brasil se ofreció nacionalidad a los desterrados, que tras abordar el vuelo prácticamente ya eran apátridas, pues el gobierno de Daniel Ortega retiró la nacionalidad a estas personas tan solo minutos después que el vuelo despegó.
Gasto millonario para atender a los desterrados
En recientes declaraciones, Eric Jacobstein, subsecretario adjunto para Centroamérica de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, declaró que los gastos que el gobierno estadounidense gastó alrededor de un millón de dólares para la atención y cuidado de las personas que el gobierno de Nicaragua expulsó de su territorio, pero también señaló que se recibió apoyo económico por parte de organizaciones no gubernamentales y otras agencias del gobierno.
El gobierno norteamericano afirmó que la decisión de desterrar a estas centenas de nicaragüenses se tomó exclusivamente por el régimen de Daniel Ortega, y que nunca ocurrió negociación entre ambos países.
Ortega señala a Estados Unidos de tramar “plan de guerra”
“No lo veo como una negociación. Fue una decisión unilateral del Gobierno de Nicaragua y nosotros respondimos de inmediato”, dijo Jacobstein.
Al mismo tiempo, el funcionario declaró que toda la preparación para recibir a los excarcelados se realizó en tres días, en los que se reservó cuartos de hotel cerca del aeropuerto, y servicios de transporte, comida y productos de higiene personal.
También se garantizó la presencia de expertos en atención psicosocial para abordar a las personas excarceladas que sufrieron tratos crueles e inhumanos en las cárceles del régimen Ortega-Murillo.