Son las 3:00 de la tarde. Es lunes 22 de enero, apenas la tercera semana del año y el Parque Nacional Volcán Masaya, ya registra su primera amenaza de incendio forestal. El aviso de la quema moviliza a agentes del Benemérito Cuerpo de Bomberos, quienes acuden apresurados para sofocarlo. El hecho advierte que el verano caluroso, es de cuidado para proteger las reservas naturales de la zona.
Los vientos y las altas temperaturas de esta época del año, favorecen la rápida extensión de las llamas, por lo que las autoridades deben siempre movilizarse sin demora y controlarlo de inmediato. Hay que recordar que se expande sobre maleza seca por la falta de lluvia. En el caso del 22 de enero, los agentes bomberiles fueron llamados por lugareños y apagaron el fuego asistidos por una cisterna, además del apoyo de guardaparques del Volcán Masaya. En minutos, lograron controlar el incidente.
“Todo está bien, es una época peligrosa por las altas temperaturas, el calor y los vientos inciden en los incendios forestales”, reiteró uno de los bomberos. Se presume que el fuego se iba propagando con rapidez debido a la facilidad de incendio de la maleza a la altura del kilómetro 21 de la carretera Managua-Masaya, a orillas del Parque Nacional Volcán Masaya.
Con la fuerza de los vientos, tal y como lo explicó el experto, las llamas avanzaron y empezaron a entrar a las áreas protegidas de esta reserva, sin embargo, con la ayuda de los bomberos se pudo evitar más daños. Al lugar, también se presentaron agentes de la Policía para facilitar el trabajo de los apagafuegos, mientras que oficiales de tránsito regularon el tráfico vehicular que pasaba por la zona.
Cuatro incendios en dos meses
Que las autoridades de gobierno no hayan reportado incendios forestales en Masaya en lo que va del año, no significa que no hayan ocurrido. Un agente bomberil quien pidió hablar bajo anonimato para este reporte, dijo que en el municipio, son frecuentes las llamadas para este tipo de emergencias. “Ha habido ya más de un reporte sobre todo en las laderas de la Laguna de Masaya y del Parque Nacional Volcán Masaya”, señaló.
Informó el experto que entre enero y lo que va de febrero de 2024, en esta ciudad se han atendido al menos cuatro incendios forestales, mismos que aún no registran las instituciones de gobierno como el Instituto Nacional Forestal (Inafor) y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).
La mayoría de estos siniestros registrados hasta ahora en Masaya, se han reportado en las laderas de la Laguna de Masaya (3) y en el Parque Nacional Volcán Masaya (1), conocido como los puntos más comunes donde ocurren los incendios forestales y que el agente bomberil consultado para este reportaje, confirmó.
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El pasado 10 de febrero, las autoridades de gobierno informaron solamente la detección de al menos seis puntos de calor (incendios forestales) en dos departamentos y la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte. Cuatro de estos incendios forestales ocurrieron en el departamento de Chinandega, uno en León y el otro en Waspam, municipio del Caribe Norte. Los incendios se originaron por quema de rastrojo de cultivo, quema de maleza y quema de pasto en finca como preparación de tierra para sembrar. No mencionan los incidentes en Masaya.
En el caso de este municipio, las autoridades bomberiles reportan que los incendios forestales atendidos hasta ahora, fueron provocados por quienes se dedican a la “extracción de miel”, así como por aquellas personas que acostumbran a lanzar al suelo “colillas de cigarrillo encendidas” y por “garroberos de la zona”. “Ahorita en marzo entra la temporada caliente, y por ende, se reportan más incendios forestales”, advirtió el experto apagafuegos.
Incendios forestales alarman al país
Según un estudio divulgado el año pasado por la oenegé Fundación del Río, solo en el primer semestre de ese año, se registraron 1,936 incendios forestales en Nicaragua, es decir, 1,703 más que los reportados por instituciones gubernamentales (233) en este mismo período. El organismo independiente anulado por el régimen de Daniel Ortega por críticas a su gestión medioambiental y de protección a suelo protegido, informó que hubo un aumento de siniestros, específicamente en las áreas protegidas, territorios indígenas y afrodescendientes del Caribe del país, que las autoridades se niegan a reconocer.
De acuerdo al presidente de la organización, Amaru Ruíz, “el régimen de Nicaragua aún no aprende del pasado, ni acata las lecciones de incendios forestales como los ocurridos en 2018 en la Reserva Biológica Indio Maíz”, pues aún las instituciones gubernamentales como el Instituto Nacional Forestal, Inafor y el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, Marena, sorprenden con la falta de equipos y medios para enfrentar incendios de grandes magnitudes.
“En el caso del proceso de vigilancia y monitoreo de incendios forestales y quemas agrícolas, el Marena no cuentan con un sistema actualizado en tiempo real y en el caso de Inafor, no se encontró evidencia de su sistema de monitoreo en tiempo real para la atención y prevención de incendios forestales, a pesar de que es la institución coordinadora de la Comisión Nacional”, señaló el estudio de la oenegés en el primer semestre del año pasado.
Para una experta en temas ambientales, quien prefirió el anonimato, los incendios forestales provocan graves consecuencias, no solo al medio ambiente, sino también a la vida humana. En casos más graves, los incendios forestales dejan pérdidas materiales y vidas humanas qué lamentar, como es el caso de Chile que vive la peor desgracia natural desde 2010, al contabilizar 131 víctimas fatales y cerca de 20,000 viviendas afectadas por incendios forestales, convirtiéndose en el segundo país con siniestros más letales durante el siglo XXI, solo seguido por Australia y su terrible “sábado negro” del 2009.
“Nosotros tenemos que sacar lecciones de esta grave experiencia (de Chile) y es que los incendios uno sabe cómo empiezan, pero no saben cómo terminan. Y nosotros seguimos teniendo las malas prácticas de realizar quemas agrícolas o quemas por cacería, o quemas accidentales a partir de quemar basura o de algún tipo de desecho y esto debe ponernos en alerta”, expresó la especialista.
El plan para control de incendios forestales
Entre sus recomendaciones para reducir el número de incendios forestales en Masaya y todo el país, la experta invitó a las organizaciones sociales y entidades gubernamentales a iniciar campañas de concientización que llegue a la población y a aquellas empresas agrícolas que acostumbran a quemar malezas, rastrojo de cultivos y pasto en fincas.
“Debemos evitar al máximo cualquier tipo de quema, cualquier tipo de incendio porque esto puede convertirse en acontecimientos peligrosos y en riesgos de grandes catástrofes. Nosotros tenemos que aprender que tenemos que decirle alto a las quemas agrícolas”, recomendó.
El 8 de febrero reciente, el Ejército de Nicaragua lanzó el Plan Nacional Interinstitucional de Prevención y Control de Incendio Forestales, Agropecuarios y Maleza–2024, en el municipio de Macuelizo, departamento de Nueva Segovia.
El plan, según explicaron los uniformados, involucra a instituciones del Estado, gobierno y organizaciones de la sociedad civil. En varias zonas, las comunidades se han preguntado, ¿Cuáles de estas últimas?, ya que la administración Ortega y Murillo, las ha aniquilado todas desde 2018. “Aquí ya no quedan oenegés de apoyo a la comunidad”, se quejó un habitante de un caserío de Nueva Segovia.
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Pero eso no parece importarle mucho a los miembros del Ejército. Durante el encuentro, por ejemplo, el General de Brigada Rogelio Enrique Flores Ortiz, manifestó el compromiso de esta institución de seguridad de “continuar desarrollando el plan de manera sostenida” como son las “tareas y misiones para el control y sofocación de incendios forestales, agropecuario y maleza” que se presenten en todo el territorio nacional.
Aseguró el oficial que con este lanzamiento, las alcaldías, la Policía, el Ejército, Bomberos Unidos, las Brigadas Municipales de Respuesta y todas las instituciones miembros del Sinapred, confirmaron su preparación para prevenir, controlar y restaurar de ser necesario, las áreas afectadas por el fuego, en caso de gravedad.
Plan cuestionado
En 2023, el año más caluroso en la historia del planeta, los incendios forestales se extendieron sin control en Nicaragua. Para la Fundación del Río, en los primeros cinco meses del año pasado, se vieron afectadas 29 mil hectáreas por incendios forestales. En comparación a 2022, el año pasado en Nicaragua se registró un incremento del 25% en incidencia de puntos de calor.
Mediante una conferencia virtual en 2023, en la que presentó los resultados del Monitoreo de Incendios Forestales de Nicaragua, el presidente de la organización civil dijo que este comportamiento, debería preocupar a las autoridades del país ya que considera que en Nicaragua, no se cuenta con los equipos y herramientas necesarias para sofocar con eficacia los siniestros.
En ese sentido, criticó al Ejército de Nicaragua por la “fachada” de campaña que lanza cada año con la finalidad de prevenir y controlar los incendios forestales. “No están preparados, ni bien organizados para hacerle frente a los siniestros, sobre todo ante aquellos de grandes magnitudes”, señalaron.
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“El país todavía no se ha dotado de equipos, de medios, de capacidades para enfrentar los incendios forestales. Lo hacen con pala y agua, así se enfrenta al fuego. Uno ve al Ejército en sus notas y ve la evidencia de cómo están atendiendo los incendios y todavía siguen con pala, con agua, con pico y macanas para apagar incendios en un bosque de pinos”, señaló Ruíz.
El presidente de la Fundación del Río, explicó que en estos casos la “combustión que llega a los incendios forestales en bosques de pino es demasiado alta y peligrosa”, e incluso advirtió que ponen en peligro a los mismo brigadistas que lanzan a sofocar los siniestros.
La advertencia tomó valor durante la segunda semana de este mes en Matagalpa. Las autoridades no informan todavía sobre las extrañas circunstancias en que pereció un adolescente en Matagalpa, a orillas de la carretera que conduce al hospital “Cesar Amador Molina”, de esta ciudad.
Los lugareños informaron que el cuerpo del joven presentaba quemaduras graves que pudo resultar tras una quema agrícola donde trabajaba. Los que lo conocieron, dijeron que el muchacho era originario de Siuna, Costa Caribe norte y que trabajaba en labores del campo con el papá.