El Mercado de Artesanías de Masaya es una de las mejores edificaciones arquitectónicas de Masaya. Su estilo fortaleza ha destacado por años en esta ciudad de artesanos como una antigua joya que atrae a los visitantes nacionales y extranjeros que llegan a este municipio.
El local, un centro de compras importante para los masayas, además de ser un atractivo turístico, alberga la calidez humana, el laborioso trabajo de las familias artesanas que conservan su cultura y tradición. Con sus paredes “rasgadas”, altas y vetustas, estilo medieval, el reconocido Mercado de Artesanías de Masaya cumple ya 132 años de estar en pie. La edificación ha sobrevivido a fenómenos naturales, incendios y guerras.
La historia de Masaya está representada perfectamente en la joya arquitectónica del Centro Cultural Antiguo Mercado Masaya o Mercado Viejo, como fue conocido este populoso centro de compras de la Ciudad de Las Flores, desde su construcción.
Fue en septiembre de 1880 cuando el entonces alcalde de Masaya, Rafael Zurita, organizó la construcción de esta obra, el cual concluyó en 1891 y fue bautizado como Mercado Municipal. La edificación tardó 11 años en terminarse y no fue diseñada por nicaragüenses, sino que por dos extraordinarios ingenieros extranjeros; el inglés William Claime y el italiano Gil Pimentel.
Fue edificio privado
Este edificio que ocupa una manzana, midiendo de norte a sur 104 varas, y de oriente a poniente otras 120 varas, desde su inicio albergó todo el comercio de esta ciudad y ofreció a los locales, un lujoso centro turístico de compras, que aún se preserva.
De acuerdo a datos de un historiador de Masaya consultado para este reportaje bajo anonimato, el Mercado de Artesanías estuvo en manos de los ingenieros creadores de esta joya arquitectónica por al menos 34 años, sin embargo, estos decidieron venderlo a la compañía Nicaragua Sugar, siendo así el mayor accionista don Adolfo Bernard.
No obstante, el control que ejercía sobre este populoso centro de compras le duró muy poco, pues en 1926, Adolfo Bernard, trasladó los derechos del Mercado de Artesanías al gobierno municipal de este entonces presidido por el doctor Aarón Tückler. Desde ese momento, esta monumental estructura pasó a ser administrada por la municipalidad.
Dos incendios resistieron estas murallas
El Mercado de Artesanías sufrió una primera tragedia en 1966, 74 años después de su inauguración, cuando un voraz incendio arrasó con todo a su paso en la edificación. Para ese entonces, el intendente de este edificio de grata recordación en esta ciudad, era don Ignacio Bolaños Carrión.
Luego de esta notable tragedia que hizo renacer a muchos artesanos desde las cenizas, la desgracia se repitió 12 años más tarde, en 1978, durante la insurrección nacional que finalizó en 1979. Según el historiador “este centro histórico es muy valioso e importante para los masayas”, por lo que el 26 de marzo de 1997, durante el gobierno liberal del expresidente Arnoldo Alemán, se construyó una nueva etapa de la joya arquitectónica, misma que fue bautizada como Centro Cultural Antiguo Mercado Masaya.
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La remodelación significó la apertura de 40 módulos de expoventa de artesanía nacional y un Cafetín, como primer proyecto de inversión con fondos propios, y luego la segunda etapa que fue de otros 40 módulos más para un total de 80 establecimientos, logrando que Masaya, fuese integrado en la ruta turística oficial del país.
En febrero de 1999, se inauguró una fase importante compuesta por dos salas de conferencia, una plazoleta de espectáculo, un restaurante y oficinas administrativas. Con eso se dio inicio al proyecto “Jueves de Verbena”, que bajo el slogan “Vamos a Masaya” promocionan las costumbres, tradiciones culturales y gastronomía de la cuna del folklore nacional.
Actualmente, es un complejo turístico que busca “apoyar a los artesanos productores en la promoción de sus ventas, desarrollar y preservar las habilidades artísticas de las manos laboriosas de nuestro pueblo, y el prestar sus amplios salones, tanto techado como abierto, para presentaciones artísticas, científicas y de recreación”, señala el historiador.
“Aquí se iniciaron con gran acierto las noches culturales de Verbena, y los mejores espectáculos de la farándula nacional han pasado por sus salones o locales”, destacó entusiasmado.
Último remozamiento en 2018
El Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), del régimen actual, informó en julio de 2018 que el Mercado de Artesanías había sufrido graves daños a manos de supuestos “grupos violentos”, en referencia a aquellos opositores que se atrincheraron en barricadas como forma de protesta en contra de Daniel Ortega y de Rosario Murillo. No se debe olvidar que Masaya, fue el departamento con más tranques en todo el país.
En esa ocasión, las barricadas ocuparon todo el centro de la ciudad, incluso la calle que divide al Mercado de Artesanías y la estación de la Policía. Cuando en julio de ese año, Ortega ordenó a sus paramilitares levantar los tranques con ataques armados, el número de fallecidos de la localidad superó los 50, todos opositores a Ortega, convirtiéndose este hecho en la masacre más brutal y nunca antes vista en la historia reciente de la ciudad.
La policía le atribuyó a los opositores el incendio que destruyó el sector oriente de este mercado, el día 12 de mayo de 2018, pero nunca pudo probarlo. Intur aseguró por su lado, que después del “levantamiento de tranques” se restableció el sistema eléctrico, iluminación, puertas y verjas del Mercado de Artesanías. Se realizaron obras higiénicas sanitarias, instalación de aires acondicionados, reconstrucción del Museo del Folclore y reparaciones a la tarima donde se hacían actos culturales los llamados “Jueves de Verbena”.
En esa ocasión, el remozamiento del mercado tuvo un costo superior a los 16 millones de córdobas, dijeron. Antes, había permanecido cerrado al público por 4 largos meses. Los medios propagandísticos de Ortega mostraron fotos de algunos daños en la infraestructura interna de este populoso centro de compras, daños que no llegarían a costar los montos que anunciaron necesitaban invertir, pero las autoridades, no dieron detalles ni de los daños, ni de los montos.
Pésima situación de comerciantes
Desde que este Centro Cultural Antiguo Mercado Masaya reabrió sus puertas al público después de 2018, para los comerciantes ha sido imposible levantar las ventas y califican de “insostenible” la situación que atraviesan, incluso después de dos años de pandemia por el Covid-19.
Un comerciante de este populoso centro de compras que tiene más de 20 años de ofrecer sus productos en este mercado, confesó bajo anonimato que aún no abandona su tramo a pesar de las bajas ventas debido al temor que tiene de que su negocio, termine en manos de la municipalidad o sea vendido a otra personas, perdiendo así décadas de trabajo y esfuerzo familiar. El temor está fundado en el hecho de ajustes a los contratos que la municipalidad implementa en el mercado.
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El comerciante dice que en el último mes, las ventas que ha tenido no superaron los 6 mil córdobas, lo cual representa una fuerte caída en el número de ingresos que no le sirve ni para cancelar a los acreedores, menos asumir el canon de arriendo y al personal de trabajo. Sin embargo, no se rinde. “Es duro”, lamenta. “Pero tampoco hay un mercado laboral esperándome”, admite.
Sobre los arriendos explicó que desde 2019, la municipalidad estableció que los comerciantes no pueden transferir como beneficiarios el título del tramo a sus hijos u otro familiar, es decir, ya no pueden heredar los locales como ocurría años anteriores. “Si el propietario fallece, el tramo pasa a manos de la municipalidad, si no puede pagarlo, la municipalidad lo puede tomar en cualquier momento. Uno puede llegar a perderlo todo”, critica el vendedor.
“Antes todavía yo podía vender el tramo, qué sé yo, en unos 5 mil dólares, pero ahora no se puede porque se hicieron los nuevos contratos”, dijo molesto. “Cualquier situación que se de, te morís o lo que sea, el tramo pasa a la administración del mercado, es un robo”, señala.
Este Mercado de Artesanías de Masaya ya suma, desde 2019, dos casos en que sus propietarios han fallecido por diferentes circunstancias y los tramos pasan a ser propiedad de la municipalidad. Reabren en manos de otras personas o se mantienen cerrados.