A raíz del aumento de las crisis en Nicaragua, la agudización del fenómeno migratorio de nicaragüenses está impactando en la mano de obra del país, privándolo de recursos humanos capacitados para el desempeño de labores.
Diálogo Interamericano, en un reciente informe presentado por su director, Manuel Orozco, estima que casi medio millón de ciudadanos nicaragüenses han emigrado desde 2018, año en que estalló la crisis sociopolítica.
“El crecimiento mediocre de la economía muestra que la gente no tiene opciones, más que de irse del país”, reitera el director de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo Interamericano.
La mayoría las personas emigrantes se han dirigido principalmente al país vecino de Costa Rica, debido a su proximidad y estabilidad tanto económica como política.
Otros han optado por irse a Panamá o se han embarcado en un viaje digamos peligroso con una trayectoria precaria hacia el norte, con la esperanza de cruzar la frontera entre Estados Unidos y México.
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) solo en el 2022 más de 100 mil nicaragüenses migraron hacia otro país en busca de mejores oportunidades y calidad de vida.
Y desde abril 2018 y diciembre 2022, al menos 462,810 nicaragüenses se habían desplazado forzadamente solicitaron formalmente alguna categoría de protección internacional en Estados Unidos, Costa Rica, México y España debido a la persecución política, situación social o económica agudizada por el régimen sandinista.
Crisis de mano de Recursos Humanos en Nicaragua
Las consecuencias de la crisis sociopolítica y el aumento de nicaragüenses que siguen migrando a otros países se ve reflejado en el llamado “fuga de cerebros” que es la transferencia de recursos en forma de capital humano a terceros países. A criterio de la socióloga María Teresa Blandón, aunque la situación económica del país no era buena antes del 2018, la migración agudizó la situación a raíz del fenómeno migratorio.
“No hay un clima apropiado para la inversión privada, además que se ha reducido la inversión pública. El problema de cubrir el empleo era grave ya que al menos solo el 20 por ciento estaba formalmente laborando prácticamente cada día más se queda sin mano de obra calificada, la población que tiene que desplazarse forzadamente mientras no haya un retorno a la democracia en Nicaragua se mantendrá este impacto”, declara Blandón.
El informe de la Encuesta Continua de Hogares del segundo trimestre de 2022 del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), señala que se registró una tasa neta de ocupación de 96,9% con una tasa de desempleo de 3,1%, el subempleo se ubicó en 38,5%.
Según los datos del INIDE, el 45,1% de los trabajadores son asalariados, mientras que el 36,9% están en la clasificación de “trabajadores por cuenta propia” en el mismo período.
Nicaragua no es su lugar adecuado para proyecto de vida
Por su parte el economista Marco Peña señala que la situación económica no permite a las personas que deciden quedarse en el país realizar un proyecto de vida debido a la falta de oportunidades
“¿Quién en su sano juicio se ira dejando toda su vida atrás el país mantiene una crisis de incertidumbre? El llamado bono demográfico se está desaprovechando en Nicaragua y se ve obligada a irse, por el efecto expulsión del mercado laboral, por ende, se observa una falta de mano obra en el campo y la economía de servicio”, dice Peña.