Este es otro año que la feligresía de Masaya no podrá manifestar su devoción por su santo Patrono San Miguel Arcángel, pues la policía orteguista, prohibió su tradicional procesión, bajo el pretexto no creíble que esta representa un peligro para la seguridad pública.
“No tienen perdón de Dios”, manifestaron algunos devotos de San Miguel Arcángel al conocer la noticia. Criticaron a la policía del régimen, que no autoriza las procesiones de los católicos en Masaya, lo que ha causado molestia y tristeza entre los devotos de esa ciudad.
No obstante, afirman no estar dispuestos a renunciar a su fe. “Continuaremos celebrando al santo”, expresó una feligrés que tiene más de 60 años de participar en estas actividades religiosas.
Santo Domingo, la gran excepción del régimen
Con la negativa de la dictadura de autorizar las procesiones a San Miguel Arcángel, Santo Domingo de Guzmán, continúa siendo la excepción del régimen. En los demás casos “no surtió efecto la capacidad de conversar”, como lo manifestara en ese momento Boanerges Caballo Madrigal, cura párroco de Las Sierritas, templo de minguito.
Las autoridades religiosas de la parroquia San Miguel Arcángel, de la ciudad de Masaya, una de las localidades del país más asediadas por la sancionada Policía desde 2018, anunciaron recientemente que las procesiones en ocasión a las fiestas patronales en honor al santo del próximo 29 de septiembre, quedan suspendidas como ha ocurrido con las demás iglesias del país.
Este año, sería el segundo que la dictadura de Daniel Ortega declaró “iglesia por cárcel” al co-patrono de los masayas, y el cuarto que la imagen religiosa no sale de su templo para visitar las calles y las casas de sus devotos como tradicionalmente lo hacía antes de la pandemia del Covid-19.
El párroco de esta iglesia, el padre Ramón Enmanuel López, durante la homilía del pasado domingo 3 de septiembre, confirmó que “no hay procesión” en las calles, y se limitó a brindar detalles sobre esta medida que es dirigida por la policía sandinista como parte de su campaña represiva contra iglesia Católica.
“La intención es que participemos de las festividades de San Miguel Arcángel. No hay procesión, todo es dentro del templo, pero yo sé que algunas personas tienen la devoción de ponerle capas (al santo), agradecer milagros, regalar refrescos, comida, ¿Lo podemos hacer?, claro que sí, todo lo permiten dentro del templo”, señaló el líder religioso.
En 2022, cuando la iglesia católica se disponía a celebrar las fiestas patronales en honor a San Jerónimo y San Miguel Arcángel, patrono y co-patrono de Masaya, la dictadura de Ortega orientó a la Arquidiócesis de Managua no realizar procesiones en las calles debido a que no estaban permitidas por supuestas “razones de seguridad pública”.
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Desde entonces, el régimen de Daniel Ortega ha limitado las festividades religiosas a la iglesia católica en todo el país, mientras promueve y defiende a evangélicos, sobre todo, a aquellos pastores que han sido señalados de ser “apañadores” de la represión en Nicaragua y de colaborar con Ortega y Murillo a pesar de la violación de derechos humanos.
“A celebrar con alegría y devoción a San Miguel y a San Jerónimo, que son los custodios, los patronos de nuestra ciudad. Hay mucho que agradecerle a los santos su protección, pero también hay mucho que pedirles, seguramente que sí”, invitó por su lado el párroco de Masaya.
Asedio a San Miguel desde 2018
Desde el inicio de la represión gubernamental en Masaya, la iglesia de San Miguel Arcángel, en ese entonces dirigida por el padre Edwing Román, quien actualmente se encuentra exiliado en Estados Unidos, ha sido fuertemente atacada y asediada por la Policía bajo la dirección del comisionado Ramón Avellán, quien en 2019, fue sancionado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos luego que Washington lo señala de desatar una brutal represión en contra de manifestantes.
En reiteradas ocasiones, el padre Román organizó misas y otras actividades religiosas junto a familiares de víctimas de la represión para seguir demandando justicia, democracia y libertad para Nicaragua, lo cual le costó persecución de parte de simpatizantes sandinistas, incluso paramilitares, y su exilio forzado ante amenazas de muerte en su contra.
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En noviembre de 2019, el religioso católico estuvo al borde de la muerte luego de quedar sitiado en el interior de su parroquia junto a diez madres de presos políticos que iniciaron una huelga de hambre para demandar libertad por las más de 130 personas encarceladas -en ese momento- por razones políticas.
El asedio y la intimidación al párroco y a la feligresía de San Miguel Arcángel incrementó cuando diferentes organizaciones opositoras se daban cita en el templo para protestar en contra de la dictadura. Jornadas de oración, plantones, ferias, y otras actividades, eran parte de la agenda activa del padre Román con las víctimas de la represión para seguir defendiendo los derechos humanos del pueblo.
Este año al igual que 2022, el actual párroco prevé organizar diana, misas, alborada y rezos, para celebrar dentro del templo al co-patrono de los masayas. La bajada de la imagen se llevará a cabo el próximo 19 de septiembre, y la misa será presidida por el arzobispo de Managua, el Cardenal Leopoldo Brenes, quien ha sido fuertemente criticado por su silencio ante el secuestro y condena ilegal del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez.
El 29 de septiembre, día de la solemnidad a San Miguel Arcángel, el padre anunció que la imagen será expuesta en el atrio del templo para veneración de los fieles a las 11:00 de la mañana, y a las 4:00 de la tarde prevé concluir y cerrar las puertas del templo.