El jerarca católico recalcó que Jesús deseaba que sus discípulos comprendieran que la última palabra en la historia no la tiene el dolor, la injusticia, el mal y la muerte.
“Ellos vivirían dentro de poco la noche de la pasión y la muerte de Jesús y era importante que vivieran esa noche terrible con la conciencia de que su oscuridad no era para siempre. Ninguna noche en la vida es para siempre”, señaló.
Báez señaló que “es necesario subir al monte” para no dejarse llevar por la rutina y se pierda la esperanza.
“A nivel social también hay momentos de desconcierto. Nos podemos sentir dispersos, débiles y hasta fracasados por no haber conseguido los resultados esperados. La fuerza de la injusticia y la violencia parecen invencibles, no se ven caminos de solución”, dijo Báez.