El Vaticano intentó calmar el jueves a los obispos católicos de algunos países que reaccionaron de manera negativa a la aprobación el mes pasado de las bendiciones para parejas del mismo sexo, diciéndoles que la medida no puede considerarse “herética” o “blasfema”.
En una declaración de cinco páginas, la oficina doctrinal del Vaticano también reconoció que las bendiciones podrían ser “imprudentes” en algunos países donde los homosexuales que las reciban podrían convertirse en blanco de la violencia, o incurrir en prisión o incluso la muerte.
Los obispos de algunos países, sobre todo de África, expresaron su perplejidad y su desacuerdo con la declaración del 18 de diciembre, conocida por su título en latín Fiducia Supplicans (Confianza suplicante).
El hecho de que el Vaticano haya tenido que publicar una aclaración de cinco páginas de una declaración de ocho páginas poco más de dos semanas después de su publicación parece subrayar el grado de confusión que causó en muchos países.
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Tras la publicación de la declaración original, varias conferencias episcopales emitieron declaraciones en las que subrayaron que las bendiciones no equivalen a una aprobación oficial de las relaciones homosexuales o de un sacramento del matrimonio para parejas del mismo sexo.
La oficina doctrinal, conocida como el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, subrayó estos aspectos en su declaración del jueves, afirmando que las bendiciones para parejas del mismo sexo no deben verse como “una justificación de todas sus acciones, y no son una aprobación de la vida que llevan”.
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La oficina dijo que su intención es “aclarar la recepción de Fiducia Supplicans, recomendando al mismo tiempo una lectura completa y serena” de la declaración del 18 de diciembre.
“Evidentemente, no cabe distanciarse doctrinalmente de esta declaración ni considerarla herética, contraria a la Tradición de la Iglesia o blasfema”, indicó el comunicado del jueves.
Voz de América