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Dictadura ordena a tres monjas a abandonar el país en 72 horas

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó a tres monjas extranjeras abandonar el país en menos de 72 horas. Esto en una embestida más de la administración sandinista contra la iglesia católica, que es, desde hace varios meses, su blanco de represión.

Las religiosas expulsadas son Rosario e Isabel Blanco, ambas son hermanas y originarias de Costa Rica, y de la tercera, Teresa, es guatemalteca, sin embargo, esta tiene una complicación para salir del país: recientemente sufrió un accidente cerebrovascular y no puede viajar por su propio pie.

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Según información recogida por medios de comunicación en Nicaragua, las monjas expulsadas por la dictadura de Daniel Ortega ejercían su ministerio en el Asilo de Ancianos “López Carazo”, en el departamento de Rivas e integran la Congregación de las Hermanas Dominicas de la Anunciata.

100% Noticias mencionó que las religiosas costarricenses prevén abandonar Nicaragua la mañana del miércoles 12 de abril, mientras que la hermana Teresa espera conocer de qué forma abandonará el país ya que por su condición necesita trasladarse en ambulancia.

Abril mes de represión a la iglesia

Lo que va del mes de abril, hasta ahora, es sinónimo de represión a la iglesia católica. Pues, a pesar que la Semana Mayor se dedica a Dios, la dictadura prohibió todo tipo de procesión. Sin embargo, los feligreses católicos pudieron celebrar a puerta cerrada algunas de sus actividades.

De acuerdo con la información que se conoce, el régimen orteguista prohibió alrededor de tres mil procesiones a nivel nacional. Incluso, en redes sociales circularon videos donde oficiales de policía amenazan a feligreses disfrazados de Jesús.

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También el lunes 3 de abril se supo que el sacerdote panameño Donaciano Alarcón fue expulsado de Nicaragua.

Posterior a su expulsión, el cura señaló no haber sido agredido por el régimen de Daniel Ortega: “Yo estoy bien, gracias a Dios porque al cruzar la frontera de Nicaragua a Honduras, me encontré con muchos ángeles, con montones (…) la Policía en realidad no se portó mal, fueron educados y me ofrecieron hasta comida”, señaló.